A cada paso aquel sueño se desvanece. Busco un poco de ti y no lo
encuentro, busco tu estela y la huella que dejaste, pero éstas ya no están, se
han borrado; aquí sólo flota tu ausencia, sólo quedo yo, ahogándome en este
frío y doloroso vacío. Aquí me dejas, tan sólo con la compañía de tu ausencia,
y abrazado al vaho que dejaste tras envolver en un limbo vaporoso tus
promesas rotas, en medio de tantos proyectos sin, ahora, poderlos
ordenar, amontonados.
Mi inquietud no permitirá que ceje en éste alocado y entregado empeño...
Te buscaré hasta encontrarte; buscaré en aquel lugar en el que nacieron tus deliciosas sonrisas, respuesta a mi desesperada llamada, allí, donde aún están tibios tus recuerdos y los mios; donde el aire continúa acunando tu aroma, y se respira leve y dulcemente el estigma de tu esencia. En aquel lugar, tan cercano a mis sentimientos, donde dio comienzo el dolor, y la felicidad, y donde una vez brilló el amor, pero que ya sólo queda esa larga, e insoportable ausencia que no me deja entrar de nuevo.
Ahora sólo me queda la esperanza de encontrarte para que me sigas trasmitiendo aquello que tanto me llenó durante un tiempo; aquella dulzura que trasminaba tu piel cuando besando tu blanco e impoluto cuello me trasladaba a un paraíso preñado del más sutil onirismo; a tu perfil entreabierto invitándome a saborear la miel de un manjar fundido en el límpido crisol de un deseo convertido, por momentos, en aquella boca de un horno de privilegios, donde el sueño alcanza la más alta de las temperaturas que una vez cercana ya es imposible de apagar.
Mi inquietud no permitirá que ceje en éste alocado y entregado empeño...
Te buscaré hasta encontrarte; buscaré en aquel lugar en el que nacieron tus deliciosas sonrisas, respuesta a mi desesperada llamada, allí, donde aún están tibios tus recuerdos y los mios; donde el aire continúa acunando tu aroma, y se respira leve y dulcemente el estigma de tu esencia. En aquel lugar, tan cercano a mis sentimientos, donde dio comienzo el dolor, y la felicidad, y donde una vez brilló el amor, pero que ya sólo queda esa larga, e insoportable ausencia que no me deja entrar de nuevo.
Ahora sólo me queda la esperanza de encontrarte para que me sigas trasmitiendo aquello que tanto me llenó durante un tiempo; aquella dulzura que trasminaba tu piel cuando besando tu blanco e impoluto cuello me trasladaba a un paraíso preñado del más sutil onirismo; a tu perfil entreabierto invitándome a saborear la miel de un manjar fundido en el límpido crisol de un deseo convertido, por momentos, en aquella boca de un horno de privilegios, donde el sueño alcanza la más alta de las temperaturas que una vez cercana ya es imposible de apagar.
Una vez más, me despierto porque me parece que oigo el delicado andar de
tus pies sobre la alfombra; de cómo tiras del pico de mi, a veces, acolchada
concha, en ese inconexo juego del puedo, pero, que aún no están, de nuevo,
llenas las alforjas de los anhelos para poder derramar una vez más, sobre el blanco
tálamo, el encendido juego de palabras que tantas veces dieron lugar a alcanzar
el vino de la más joven de las añejas crianzas. Hago vanos intentos por salir,
pero algo me lo impide; los oídos me susurran algo que no consigo entender, y
cuando mis ojos consiguen acostumbrarse a la levedad de aquella penumbra, veo
una vez más y con tristeza, cómo sobre la superficie del espejo que un día
colocamos en la puerta, la sutil imagen reflejada no es la tuya...
Santiago Martín Moreno Verano, 2,017
Cuando el verano declina, llega a esta "baranda" unas expresivas lineas, que brotan como aire fresco desde lugares serranos.
Son párrafos pertenecientes a un destacado personaje trianero, de una larga trayectoria vivencial, amante de las artes plásticas y que dentro de sus múltiples pregones, destaca aquel que al comienzo del siglo, dedicó en el Hotel Triana, al barrio que tanto sigue amando; como "botón de muestra" aquí queda un pasaje de aquella magnifica obra oratoria. B.T.
Tengo que felicitar a B.T, por traernos tanta sevillanía con ARTE, con mayúsculas, a nuestro polifácetico Santiago Martín Moreno, del que emana una greatividad, ingenio y sensibilidad en lo que toque ¡Qué arte más grande, señores!
ResponderEliminarCon una mención especial para Fermín H, uno de los componentes del mítico trío de los H.H que tantas canciones para el recuerdo nos dejó y que, afortunadamente, aún nos deleita Fermín y que sea por muchos años más.
Amigo Paco, las sevillanas son de antología. Ya sólo me rsta decirte:
¡Enhorabuena!
Afectuosamente.
Nos consideramos modestos embajadores, para acompañar la larga trayectoria del “multiartesano” trianero de las artes y las letras; que con su pluma con acentos serranos, ha conseguido el ser reconocido dentro y fuera de su barrio.
ResponderEliminarFermín H., sería irreverente el ampliar su historial musical; porque no llegaríamos a dar a conocer su estilo como “Aquel amanecer de Mayo”, que con sus dos hermanos, supieron estremecer a los jóvenes de la época y sensibilizar a los mayores de antes y de ahora.
Las sevillanas son de “Triana” y todo cuanto se haga por ella, esta sabe valorar su dedicación en cualquier época.
El próximo día 13 de los corrientes, nació un artista que llevó su nombre. BT. intentará homenajearla con unas sevillanas que cantara Marifé de Triana.
Mis felicitaciones a Santiago, magnífico relato,lleno de ternura de vivencias y sobre todo del arte que él sabe poner en cada una de sus facetas. Santia es un artista nato y consigue sentirnos copartícipe de sus temas por la humanidad que de ellos se desprende. Relato para guardar , releer, y disfrutar
ResponderEliminarSirvan estas líneas, para distinguir la opinión de una conocida escritora-poeta y más cuando sustenta el buen hacer de Santiago.
ResponderEliminarLógicamente cuando la imparcialidad se tiene como virtud, es fácil el dar un razonamiento de un “colega”.
Es de valorar, cuando Concepción siempre se inclina cuando un tema, celebración o personaje es trianero. Si alguna vez se distingue a dicha poetisa, habrá que medir la sensibilidad de sus poemas; este es el final de uno de ellos:Si yo en Triana viviera/ muy orgullosa estaría/ pues sin serlo yo me siento/ una mujer trianera”.