Torres enlutadas

Torres enlutadas.

         La “Catedral de Santa Ana” se llenó totalmente de personas en todas sus capillas y muros; sus corazones estaban deseosos de mostrar un homenaje a la figura de Marifé de Triana. Desde sus muros y capillas, como de la lauda sepulcral de Don Iñigo López, obra de Niculoso Pisano, cuya tradición se remonta a que se conseguía llegar al matrimonio, cuando las mujeres daban siete “puntapiés”, pasando por la Capilla de Madre de Dios del Rosario, de Juan de Astorga, hasta llegar al coro, situado a los pies del templo, como ocurría en las catedrales del siglo XVIII y que se cerraba con una reja, todo ello repleto del cariño de sus vecinos.                                                                                                                                    La misa fue oficiada por el Sr. Cura  Emilio Calderón Álvarez, premio Andaluz Gitano 2009; de ahí que se halla distinguido siempre por la atención con dicha etnia, hasta el punto de ser en la Parroquia de San Pio X un fiel valedor para la beatificación por Juan Pablo II del gitano de Barbastro Ceferino Giménez Maya.                                                                                                          El Sr. oficiante en la homilía resaltó las virtudes humanas de Felisa, de “Marí” como el la llama al igual que el Presidente de la Comisión de Homenaje y reconocimiento a la Obra de Marifé de Triana, Alfonso de Miguel. Comentó el padre Emilio, de la cercanía; sobre todo en las “distancias cortas” a que también hacia alusión “Chiquitete”, de su atención a todas las gentes, de su religiosidad, hasta el punto que cuando le abrió su casa al padre Emilio y al llegar este para ser presentado, le  dijo ella: “aquí esta muy bien recibido el cura Emilio”.

Poco espacio existe aquí para puntualizar el verdadero mensaje que dio en esta tarde el cura Emilio Calderón, pero siempre en torno a la gran figura de Marí, hasta dijo que en vida lo dejó todo, "como que hoy, no se podría hacer un museo; porque había sido totalmente desprendida".         

A la hora del rezo del Padrenuestro, invitó el sacerdote a los asistentes, para acompañar en el pensamiento el cante de otro insigne interprete del flamenco: Jesús Heredia.

         La hornacina con obra de la segunda mitad del siglo XIII, restauradas a principios del siglo XVII por Francisco de Ocampo con las imágenes de su titular, Santa Ana, con la Virgen y el Niño, fueron testigos de esta misa por el alma de Marifé, al igual que la colección de ricas pinturas sobre tablas, obra de Pedro de Campaña, permanecían allí para este funeral y que fue muy bien musicalizada con un coro de la Parroquia de Santa Ana.

         Al final fue el presidente de la Comisión, quien puntualizó la feliz coincidencia de estar ante la Virgen de la Esperanza, de quien era Marifé una gran devota. Agradeció a D. Manuel de Azcarate y D. Eugenio por las facilidades para la celebración en la Parroquia, a Luis Rodriguez Fontanilla, presidente del Triana CF. por la intención de que Triana tuviese en la nomenclatura del callejero de Triana el nombre de la citada folklórica.

         Se dirigiría Alfonso de Miguel a los presentes, de manera especial a los Sres. Delegados del Distrito de Triana en sus cuatro últimos años, al Sr. Defensor del Pueblo Andaluz, por iniciar los pasos para la concesión de la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Citó a la Comisión del homenaje y reconocimiento a Marifé y sobre todo tuvo unas palabras  para la “comisión malagueña”, “su familia” por extrapolación, ya que si en vida Marifé así lo consideró a Alfonso, ahora esta venia a estar con él y a Triana, de manera especial y con las contrariedades propias de la distancia y de la dificultad para andar mermada, a Mercedes y Anita, a las que tantas atenciones prodigaron, que tanta compañía prestaron en los últimos años de vida, llenos de enfermedades, en su marido y también a ella últimamente.                                                                   

           En el final de la misa, seria Chiquetete que a la invitación de cantar , declinó la misma por que “Marifé no le permitiría cantar en dicho momento”, Si participó en nombre de la Comisión y como Secretario José M. López Mohiño para recitar un poema y el cual figura a continuación de manera textual:

A ti Maria Felisa 

Cantaora de tronío, ejemplar señora

Te llevaré siempre en mi alma

Hasta que pase el tiempo y me muera.

Que contentos están los Ángeles,

que contentos están

Por tenerte a su vera

Disfrutando de tu cantar

Hasta el que te creó

Te ha llamado para tenerte junto a él

Ya que sin ti no podía estar

El Sumo Hacedor, el propio Dios

A ti Maria Felisa 

Cantaora de tronío, ejemplar señora

Te llevaré siempre en mi corazón

Hasta que pase el tiempo y me muera.

         No faltó a esta cita y a los diversos medios de comunicación, se unió con su inseparable digital, el fotógrafo “oficial” GASÁN, sin él no será posible escribir la historia de Triana con las “peliulas o memorias” de sus afamadas cámaras.

         En las postrimerías serian dos intérpretes jóvenes de la canción y que Marifé le hubiese gustado el haberlas apoyado en sus carreras; estas cantarían dos temas muy resonados de la artista trianera. 

         A la salida por la portada lateral de la izquierda, lugar habitual para visita o para participar en sus cultos, esta se uniría a los asistentes y su arco abocinado de forma ojival, con siete pares de columnillas se uniría a todos ellos para sentir esta separación de la artista, que contando arriba con el escudo de Castilla, creemos que hasta el más “Sabio” de los Reyes estaría allí presente como el Rey Alfonso X.                                                                                                                  

           Un poco más allá la torre de la iglesia, de la primera mitad del siglo XIV, de tipo mudéjar, reformada en el siglo XVI y luego reparada la parte superior en el siglo XVIII al ser afectada esta por el terremoto de Lisboa y figurando hoy su forma de manera barroca.       

          Esta torre revestida con cerámica vidriada en colores blanco y azul cobalto, que en sus "entrañas" lucia crespones negros, se hermanaba con los simpatizantes de Marifé de Triana, pero sobre todo con su otra hermana menor, llamada para la historia de la canción, como..... Torre de Arena.

(Para aumentar fotos, hacer clip en ellas)