No se sabe desde cuando comienza la costumbre
en el cristianismo de guardar y venerar reliquias de santos, esta práctica que
en la Edad Media tanto proliferaba y que la monarquía española estaba muy
ligada a ella, supongo que con el último fin de alcanzar la protección divina,
lo que provoco algunas que otras disputas sobre la ubicación de los cuerpos,
así como la desmembración de los mismos.
Este interés por conseguir este reliquias se
refleja en el acta de apertura del sepulcro del Rey San Fernando para extraerle
el anillo por mandato de Carlos II, un rey enfermizo, tal vez debido a la
consanguinidad familiar, costumbre muy generalizada en las monarquías, como
intento de ganarse la protección celestial, de ahí que ordenase el envío a la
Corte el anillo del citado Rey.
Esta reliquia quedó guardada en la Armería
Real de Madrid, sobreviviendo a varios incendios.
En el primer folio del Acta y el extracto del
traslado de una carta de provisión del Rey Carlos II al capellán mayor y
capellanes de la Real Capilla de Nuestra Señora de los Reyes contenida en el
propio Acta de apertura del sepulcro del Rey San Fernando.
No solo ha sido devoción de la monarquía,
este culto a las reliquias, las comunidades religiosas suelen tener algunas
reliquias de sus fundadores o miembros que hallan sido proclamados santos.
Pero que verdad es, que lo prestado, es primo
hermano de lo dado, en este caso el anillo de San Fernando, no esta en
Sevilla.
Transcripción: "El Rey. Capellán Mayor y Capellanes de mi Real Capilla de Nuestra Señora de los
Reyes, sita en la Santa Yglesia de Seuilla, siendo muy de mi deuoçión el tener
alguna reliquia del Santo Señor Rey don Fernando he acordado se saque y trayga
a mi presençia con toda benerasión y deçençia el anillo que el Santo tenía en
el dedo ysquierdo".
(Para ampliar gráficos, por favor clipear en ellos).
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