Contigo camina el pueblo
Santa Ángela de la Cruz,
que aunque ya no estés aquí
sigues viviendo en nosotros;
en Sevilla, entre tu gente,
esa que siempre estará
ávida de tu sentimiento,
cuando llenando momentos
de Amor y necesidad,
en tan sólo un pensamiento
sólo se te oye exclamar:
“Cuidad bien de mis enfermos
porque yo no puedo más…”
Dejaste el Blanco Jazmín,
y Blanco quedó el Azahar
el día que decidiste
cansada de tanto amar,
volar entre serafines
al compás de ese cantar
que sólo se le oyó a Dios
cuando te salió a esperar.
Pero tú, Madre Angelita,
no nos dejes de mirar
que hasta en tus ojos cerrados
estoy aprendiendo a amar.
S.M.M.
S.M.M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario