Busto...Ángel volador de Nervión
Eran los años cincuenta, allí
en el Colegio de la Santísima Trinidad, estuvimos haciendo el bachiller y en aquel tiempo, correteamos su patio como figurativo "Nervión”,junto a columnas de hierro y otra más que se situaba en horizontal, emulamos a un gran portero sevillista de entonces como Busto; después de seis décadas aún tenemos el dedo corazón malformado por una de las“tiradas gatunas”en busca del esférico.
La verdad es que el juego quería abrirse
camino entre nuestros textos y figurando en el coro de jóvenes que estuviera
dirigido por él salesiano-sacerdote D. José María Risco de la Cruz (q.e.p.d);
recordamos, que el primer día de la semana, leíamos en el comedor, las páginas
deportivas de un rotativo titulado “Hoja del lunes”. Llevados por aquella pasión
balompédica y de tanto oír y “examinarnos”con los compañeros de diferentes
cursos y de intercambiar cromos de jugadores; pudimos recitar casi todas las
alineaciones de los equipos de primera división.
Después de mucho tiempo y por el portero que tuviera el
Sevilla FC por aquellos años estudiantiles, nos llamaban los alumnos: “Busto” y
de él con respeto y estando en la memoria quisiéramos hablar hoy.
Por aquel tiempo, reteníamos
casi todas las alineaciones y las más asignadas por los entrenadores, como por
ejemplo aquella que era habitual del Sevilla FC de 1955: Busto, Guillamón,
Campanal, Valero, Pepín, Enrique, Liz, Arza, Pepillo, Doménech y Pahuet y la
del Valencia CF, con, Quique Quinconces, Muñoz, Sócrates, Pasieguito, (el
suecano) Puchades, Mañó, Fuertes, Buqué y Seguí.
A José María Busto, siempre lo conocimos
desde la distancia, no coincidimos en los años que jugaba en el Sevilla a pesar
de que el vivía en Triana; concretamente junto a la Peña Trianera lo que se
llamaba en los altos de Casa Ruiz, en la esquina de Casa Cuesta.
Pero
últimamente, figurando en la ONG “delwende”, (Al servicio de la vida)
perteneciente a la Residencia Geriátrica Virgen de Consolación en Avda. de
Coria, allí tuvimos entrañables charlas, casi todas relacionadas con los
recuerdos balompédicos, cuando citábamos aquellas alineaciones que citábamos de
memoria, se sonreía y parecía trasladarse como si de un “superman” se tratase a
las tardes de gloria entre los tres palos.
El
día 27 de Mayo de 2012, fue un día de pesar para todo el sevillismo en general
y lo curioso fue; que un portero fichado por el equipo de Nervión: Diego López
llegaba allí como si quisiera ser continuador de uno de los mejores porteros
del Sevilla FC. En esta ocasión, José María Busto, no pudo “detener” ese tiro a
la “puerta” de su pulmón, ya que era un zapatazo fuerte y certero, tirado con
las “botas de trombosis”.
Aunque siendo vecino de Triana casi toda
su vida a la que quiso “saltar” en el campo de la vida, por encima de sus 87
años. Estuvo en el equipo nervionense y entre sus premios destacan la conquista
la Liga 1945/46, un 31 de marzo en el desaparecido campo de Les Corts y la Copa
en 1948; ostentando el récord de partidos entre los tres palos con 399, nadie
ha superado su marca bajo estos. Además, es el quinto sevillista con más
choques, sólo superado por Arza, Campanal, Blanco y Jiménez.
El
que naciera en la ciudad de Portugalete (Vizcaya), llegó a ser técnico del
Sevilla y del Sevilla Atlético en varias ocasiones. El club hispalense, le
concedió en noviembre de 2009 el “Dorsal de Leyenda”, galardón que reciben
destacados veteranos futbolistas que estuvieron en el Sevilla. Hasta el momento
lo han recibido Juan Arza, fallecido el pasado verano, Marcelo Campanal y en
este año, el paraguayo Ignacio Achúcarro.
José
María Bustos a “volado” a ocupar una portería celeste de la que sabemos estará
por los siglos garantizada. Descanse en paz.
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