Balcón Trianero

lunes, 13 de agosto de 2018

Algo de historia. De la Virgen de los Reyes.

La Virgen de los Reyes cuenta, desde su origen, cuenta con un dispositivo especial de movimientos para conferir cierta animación a la cabeza, con el fin de subrayar las ceremonias religiosas que presidía su imagen y suscitar la impresión emocional de aquellos que la contemplaban.
A lo largo de la historia, han sido numerosos los intentos del ser humano de dotar de dinamismo a la figura escultórica, con el fin de realizar el milagro de dar vida a lo inerte. Las esculturas móviles con fines religiosos son las más antiguas que conocemos. La imagen representaba a la divinidad y su movimiento (bien fuera de brazos, cabeza o todo el cuerpo) que, estratégicamente utilizado, venía a suponer ante los ojos de los fieles el poder divino materializado, que envolvía a la figura con aura milagrosa y facilitaba que las ceremonias en las que intervenía fueran más veraces.

La baja edad media es un periodo abundante en este tipo de esculturas, tanto en Europa Occidental como en España. Se tallaron vírgenes habilitadas para mover los brazos, como la Virgen de la Anunciación de Giovanni del Museo Nacional de San Mateo de Pisa; para simular el llanto, como la desaparecida Virgen de Berna; o mover la cabeza, el caso de la Virgen de los Reyes. Por este motivo no es de extrañar que las Cantigas narren en varios episodios sobre como las imágenes religiosas cobraban vida. De este periodo destacan dos tipos iconográficos ideados para posibilitar la recreación de fiestas litúrgicas concretas: El crucificado de cabeza y brazos móviles para las celebraciones de la Pasión y Muerte de Jesucristo; y la Virgen con el niño articulados, como “Thronum maiestatis”, para la fiesta de la Epifanía. A este segundo tipo corresponde la Virgen de los Reyes, el mejor exponente que ha llegado a nuestros días.
La patrona esconde en su espalda una portezuela que cierra el hueco donde está instalada una rueda dentada, con su pletina de rotación y su cuerda de fleje correspondientes al mecanismo medieval de movimiento de la cabeza, actualmente truncado. Este dispositivo permitía variar la dirección del rostro de la Virgen y responde a la misma tipología que dibujó Villard de Honnecourt (1225-1235) en el interior del cuerpo de un águila cuya cabeza giraba cuando el diácono leía el evangelio, y que debió ser bastante habitual en el siglo XIII.
El niño también dispone de un mecanismo similar al de la madre, que muy probablemente se activaba cuando en algunas solemnidades alusivas al nacimiento y realeza de Cristo, se retiraba del regazo de la Virgen y era sentado en un trono aparte, como apuntan algunas descripciones: “..y otra (imagen) de Jesucristo sentado en un sitial, fabricada con el mismo arte”.
De la naturaleza articulada de la Virgen de los Reyes tenemos testimonios a lo largo del tiempo. En 1356 Ortiz de Zúñiga hace una de las descripciones más orientativas de lo que suponía, para la mentalidad de la época, la fascinación que provocaba en los devotos el movimiento de la señora:“…la imagen de Santa María, que semeja que está viva en carne”, y añade: “la levantan y la asientan cuando quieren para vestir a ella y a su Fijo ”. Al respecto de la visita que Jerónimo Müntzer hace a la Catedral de Sevilla en 1494, dice: “Cuéntase que Don Fernando III era devotísimo de Nuestra Señora, ..y así, mandó hacer una imagen de madera con todos sus miembros móviles”.
En el caso de la Virgen de los Reyes, la imagen formaba, además, parte del singular montaje escenográfico de la primitiva Capilla Real, para el que su capacidad dinámica encajaba como anillo al dedo. Se encontraba sentada dentro de un tabernáculo de plata en un nivel por encima de los simulacros a tamaño natural de los reyes Fernando, Beatriz y Alfonso, sentados en sitiales de plata y ataviados con todo el lujo de su rango (vestidos con sus trajes y enseñas reales). Esta disposición enmarcada en oro, plata y piedras preciosas convertía la Capilla en un autentico tesoro viviente y un escenario perfecto para que la imagen desplegara todo el potencial de movimiento que sus articulaciones y su mecanismo interno le permitía. De este modo, la Virgen y las imágenes de los difuntos reyes, interactuaban en el espacio mediante acciones teatralizadas que engrandecían las ceremonias religiosas celebradas en el sacro recinto, buscando el embelesamiento de los fieles a través de lo simbólico de sus poses. Todo un aparato escénico donde la escultura mecánica jugaba un papel fundamental, destinado a reafirmar y exaltar el origen divino del poder de los reyes.
 Esta escenografía quedó plasmada en los sellos medievales fechados en el siglo XIV y finales del XV. Los sellos esquematizan perfectamente los rasgos más destacados de la primitiva capilla Real y algunos detalles concretos. Debemos fijarnos en la silueta de la Señora con el Niño sobre su costado izquierdo, respondiendo a la iconografía original de la imagen, que como ya apunté, conserva una huella en su cadera izquierda para fijar la figura del Hijo. Pero además estos sellos destacan por ser un testimonio claro y fehaciente de la de la capacidad de movimiento y animación de la patrona, pues son las pocas representaciones de la Virgen de los Reyes con la cabeza girada hacia un lado.
 Con el paso del tiempo, muchas de estas esculturas animadas desaparecieron durante las guerras de religión que asolaron Europa. A otras les anularon sus mecanismos móviles, como la Virgen de los Reyes, y en los casos más extremos se destruyeron por considerarlas un engaño para los creyentes. Uno de los más significativos fue el de la Virgen de la Piedad de Berna, cuyos autores llegaron a ser juzgados y condenados a la hoguera cuando, en 1509, se descubrieron los dispositivos que permitían que la imagen llorara sangre.
Autor del reportaje
Manuel Mediano                                  Verano 2018

Documentación ;#VirgendelosReyes #PatronadeSevilla #PerMeRegesRegnant #CatedraldeSevilla #esculturamedievalmóvil #esculturaarticulada #arteespañolmedieval 
Ultina Hora: >>>
Enlaces relacionados >>>

1 comentario:

  1. ¡¡¡MAGNIFICO Y DIDÁCTICO!!!

    EL MÁS SEÑALAITO DE LOS DÍAS GRANDES DE LAS FIESTAS RELIGIOSAS SEVILLANAS, TRADICIÓN QUE PERDURA Y CADA UNO APORTA PARA QUE SE MANTENGA.

    ENHORABUENA .

    AFECTUOSAMENTE.

    ResponderEliminar