En el caso de la "futbolista", por aquella época fue la primera
mujer entrenadora de fútbol del suelo terráqueo y la primera andaluza en
enfundarse la camisola de la selección española.
Sabemos de Pilar, que su afición al balompié estaba ya predestinada cuando nació,
porque su padre (Manuel Vargas Z. fue arbitro y después de ejercer muchos años
con destacado acierto, paso a ser delegado en un equipo en la Ciudad de la
Giralda de permanencia en Primera División.
La familia de Pilar, escogió para vivir el Barrio León (Triana) y por aquella calle-casa; pasaron gentes variopintas, como agricultores, taxidermistas, agentes seguridad ciudadana, personajes relacionados con el mundo taurino, una actriz, vedette y cantante, figuras del deporte y otros. Pero Triana desconoció cuantas gentes ocuparon aquel domicilio y por lo tanto no pudieron dedicar una placa de cerámica a los mismos.
El ser una buena “pelotera” la llevó a jugar en la calle con todos los infantiles e incluso con los más mayores sin ningún reparo.
En su experiencia como entrenadora recuerda las dificultades del globo del fútbol, estaba tan masculinizado que las equipaciones para las féminas; eran también del mismo sexo y que según contaba en en Canal anunciado, había que perfeccionar con un toque de tijeras en mano.
Defendió Pilar, los valores que inculcaba siempre como entrenadora; tanto a chicos como a chicas, intentando una forma de juego y de convivencia entre ellos con menos arremetida.
Antonia Cayetano, fue sevillana que ganaría una medalla en el mundial de taekwondo de 1987. Reconoció que sus comienzos no fueron fáciles porque se consideraba un deporte masculino, pero vio con nitidez, que quería dedicarse a dicho arte marcial. Ella insiste, que en que el deporte no es solo ganar medallas, que también, sino es salud y vida.
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