Balcón Trianero

lunes, 7 de octubre de 2019

Epidemia de viruela. Triana 1872.


Hoy este B.T. se enorgullece del envío de un artículo lleno de una historia que marcó la vida de un barrio. Enhorabuena a quien coadyuva en esta "baranda", sabedores que para confeccionar estas informaciones, tienen detrás la dedicación de muchas horas, extrayendo su tiempo a su familia y a sus cotidianidades. Pero por favor amigo lector, "vacunese" antes de dar lectura a este sucedido. BT.-🔻🔻

El viejo arrabal de Triana, a lo largo de su dilatada historia se ha visto azotado por innumerables desastres climatológicos, inundaciones, seísmos, tornados, etc., etc., etc., casi todos con pérdidas materiales, edificios, casas, industrias, talleres, no librándose de otros episodios epidémicos graves con un alto coste de vidas humanas, como son las epidemias de distintas características víricas, (peste bubónica, peste negra siglo XIV, fiebre amarilla, cólera, viruela y otras de mayor o menor gravedad) sin olvidar también los luctuosos sucesos que han quedados reflejado en la historia por el numero de víctimas mortales que hubo, como los accidentes provocados por las explosiones en los molinos de la pólvora habidos en Triana en épocas pasadas, no solo en Triana, en algunos casos también la onda expansiva se hizo sentir en Sevilla afectando casas y almacenes, aunque no eran de carácter epidémicos, el coste de vidas humanas si llego a ser importantes, por el número de personas que trabajaban en esta peligrosa actividad que se desarrollaba en el barrio.(1)La viruela, intentando hacer un resumido estudio de la fuente de contagio de esta epidemia que arrasó en la época citada a la ciudad de Sevilla, esta terrible enfermedad que azotó a Triana en varias ocasiones, 1872, 1878 y 1879, siendo la más mortal la del año 1872 por el numero de víctimas que ocasionó y de la que nos ocuparemos. En cuanto al origen de esta enfermedad, según el estudio efectuado por el médico Dr. Hauser epidemiólogo que publicó un estudio sobre la sanidad pública en Sevilla, haciendo referencia en su libro lo siguiente, “no cabe duda que el germen fue importado de fuera, aunque la opinión pública creía que el foco principal de infección estaba en Triana, todo lo contrario, en este arrabal al final tan castigado durante los primeros cuatro meses del año, solo hubo dos o tres defunciones por viruela, mientras que en el hospital militar murieron 8 individuos en el mes de enero”, datos que fueron facilitados por el médico director de este hospital, Dr. Gazul. La enfermedad empezó aumentar en Triana con un número de defunciones en el mes de mayo de 8 individuos, en junio con 21, en julio 29 y así progresivamente hasta 56 en el mes septiembre, de lo que podemos deducir que el foco de la enfermedad no surgió en Triana, si no en el hospital militar donde fue importada por la tropa, transmitida al hospital civil, donde fallecieron en el mismo mes de enero 4 personas, que sirvió después para su transmisión al resto de la ciudad. Uno de los problemas de las enfermedades infecciosas era la rápida propagación de la infección a la población, en los párvulos y en los hospitales, los enfermos de viruela estaban diseminados con los demás pacientes con distintas enfermedades, se daría el supuesto caso de que una persona que fuera ingresado por un catarro o por una diarrea y que saliese con una viruela maligna. Triana fue la zona más castigada de la ciudad por la enfermedad, con un número de defunciones de 229 casos, teniendo en cuenta que el arrabal tenía una población censada de 17.468 habitantes y si lo analizamos comparativamente con otras zonas de la ciudad, por ejemplo los barrios de San Vicente y San Lorenzo que juntos tenían un número de habitantes de 20.724 habitantes, tuvo 155 defunciones. Ante esta situación las autoridades sanitarias implantaron unas series de medidas de carácter obligatorio para toda la población. Se designaría un medico que vigilara, si la casa donde habita el enfermo, si reunía las condiciones necesarias para su aislamiento. Estas consisten en la capacidad de la casa y de sus habitaciones, el número de persona que habitan en ella y el vecindario que tenga. Si las condiciones citadas no dan garantías para impedir la propagación del contagio, el enfermo será trasladado al hospital, donde habrá un pabellón o barracas especiales para ese tipo de pacientes. La Comisión de higiene vigilará también que el traslado del enfermo al hospital se haga en un vehículo especial, destinado a los variolosos, y así mismo prohibirá a los coches públicos, bajo pena de una fuerte multa, el recibir individuos afectados de esta enfermedad. En caso de que se decida la continuación del tratamiento a domicilio, debería fijarse una tablilla en la puerta de la casa con el nombre “viruela”. “Se deben vacunar todas las personas del vecindario y se prohibirá a los niños y personas que no hagan falta entrar en el cuarto del paciente. Este debe estar ventilado noche y día y quitarse toda clase de cortinas y tapices etc., etc., en una palabra todos objeto que pudiese almacenar polvo. Además debe haber en la habitación un recipiente con líquidos desinfectantes, las ropas del enfermo debían lavarse o desinfectarse, y en tiempo de epidemia vacunarse”. Según el “informe general de los médicos que entonces asistieron en los barrios pobres, consta que la mayor parte de los párvulos que fallecieron no estaban vacunado; y un hecho que debe ser mencionado es el citado por el Sr. Zarzuela en su guía de 1873, donde dice de 20 párvulos invadido por la viruela, en una misma casa de vecindad (corral) en Triana se salvaron 7 que estaban "vacunados”. Esta gran calamidad, la mayor ocurrida en el arrabal trianero, llegando la mortandad, casi a la quinta parte de sus habitantes. Estos desastres epidémicos que tantas veces sufrió Triana, la razón seria según el criterio unificado de los facultativos que se vieron involucrados en algunas de estas terribles epidemias, fue el siguiente. “Triana es uno de los barrios más populosos de Sevilla, de gran importancia por su industria, por su contacto más inmediato con la provincia y con el extranjero a causa de su posición marítima”. 
A pesar de ello se halla en peores condiciones higiénicas que todo el resto de la capital. Como la mayor parte se componen de jornaleros, de personas dedicadas a la marina mercante u oficios mecánicos, otros empleados en las diferentes industrias principalmente alfarería, loza, orozuz, almidón, fideos y areneros. El mayor número de estos por no decir todos, ocupan pequeñas habitaciones y viven en “corrales” (2), donde se apiñan familia enteras en un cuarto que apena penetra algún rayo de luz, ni puede renovarse el aire por la falta de espacio teniendo que vivir apiñados, expuestos a las emanaciones que nacen de su reunión y los efluvios que suben de los pisos bajos donde habitan la mayor parte de ellos. Hallándose este barrio cerca del río y estando su nivel más bajo que este, en tiempo de riada está sometido a la influencia de la humedad y del agua estancada. Además, a las afuera de este barrio el sitio llamado Vega de Triana, tiene muchos hoyos y depresiones naturales, y también un gran número de excavaciones artificiales, (3) hechas con el fin de sacar barro para los ladrillos y loza basta: todas las cuales se llenan con las agua de la lluvia que se estancan, convirtiéndose en pantanos que da lugar a emanaciones “mefíticas,” sobre todo con las calores del verano. “Otra causa de causa de insalubridad de este barrio, es el Cementerio de San José, el cual además de adolecer de las mismas causas que el de San Fernando, está situado a unos 100 metros distante de las posadas del Patrocinio. También está situado en terreno muy bajo y húmedo, y constantemente inundado y en tiempo de arriada se ve como las corrientes arrastran algunos "cadáveres”. Otra de las causas principales que fomentaban la infección era la falta de agua potable, era el único barrio de Sevilla que no tenia fuentes públicas, el vecindario se tenía que abastecer mediante la compra del agua de Tomares o de los Caños de Carmona, estando obligados a recurrir al agua del río para todos sus usos domésticos, teniendo en cuenta que la parte del Guadalquivir que recorre la ciudad llamada por el D. Hauser la “cloaca magna” de la capital, pues no recibe solo el contenido de los husillos, si no todos los residuos orgánicos de las fabricas y las materia excremenciales de los barcos y el Tagarete arroyo que recoge todas las inmundicias de la ciudad y las vierte al lado de la Torre del Oro. Con estas condiciones antihigiénicas que se daban en Triana, propiciaban que se diese un lugar para hacer y multiplicar cualquier tipo de enfermedad contagiosa. La comisión médica manifiesta al Cabildo municipal que “debía ordenar a la comisión municipal de higiene, tanto en beneficio de la clase trabajadora de Triana, como interés de conservación a todas las clases de la sociedad, mejorar las condiciones higiénicas del citado barrio”. Primero debía ordenar a la comisión municipal de higiene, que inspeccionase todas las casas de la vecindad, y condenase aquellas que no debían ser habitadas por seres humanos y fijar el número máximo de individuos que debe contener cada vivienda. Estas comisiones debían funcionar con regularidad, haciendo sus visitas domiciliarias, al menos mensualmente y redoblar su vigilancia en tiempo de epidemia. Además la administración local debía de considerar como un deber imprescindible, el día que se ponga en ejecución un plan de conducción de aguas a la ciudad, hacer extensivo este beneficio al poco favorecido barrio de Triana. Gracias a D. Francisco Pagés del Corro (30-9-1834/12-5-1876) que sobrevivió a esta epidemia de viruelas, la de 1872, Teniente Alcalde del consistorio sevillano, impulsor de las obras de saneamientos en el barrio, con la eliminación de unos de los focos de infección más importantes de Triana, como era la Cava de los gitanos y la Cava de los civiles, hoy es Pagés del Corro, donde había un badén o foso de construcción almohade siglo XII de carácter defensivo, dicho foso comenzaba en la Enramadílla de Chapina y desaguaba en la barriada de Portugalete, pero con el tiempo el citado foso termino siendo el estercolero de Triana, había tal basura que se podía pasar de una parte a otra por encima de las inmundicias. Ateniéndome a los hechos, Triana no era precisamente un barrio favorecido por los distintos regidores municipales que presidieron el gobierno de la ciudad en épocas pasadas. Estas lamentables situaciones no se solucionaron de inmediato, pues eliminar estas fuentes de infecciones, que algunas existieron hasta las décadas de los cuarenta cincuenta del siglo XX. 

Manuel Mediano Vargas.                                   Triana otoño 2019 

Fuentes consultadas: Estudios médicos sobre Sevilla. Estudios médicos topográficos de Sevilla. Dr. PH. Hauser. 1882. Foto: Manuel Barron y Carrillo.(1) Triana y la pólvora. 
Balcón trianero 19/2/2018. (2) Corral se denomina a casa de vecino, donde habitaban varias personas en una sola habitación o dos, teniendo en común el agua y los servicios. 
(3) Estos hoyos se formaban en el fondo o lecho del río como consecuencia de sacar el barro manualmente desde un barca, con unos casos metálicos habituados para esta labor de largos mangos de maderas, era extraído el barro y vertido en la barca.
 NOTA   DESTACADA:

Próximamente este Balcón, subirá un artº, proveniente de quien tiene asignada el área de Historia de Triana y en este caso; versará como no podía ser de otra forma: "Iniciación del curso de Hechos históricos del arrabal de Triana" de antemano y para no descubrir su contenido, todo lector deberá adoptar maneras preventivas ante una "epidemia" que se avecina.

                     

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