Ya está ahí los Reyes MM. dispuestos a recorrer las calles sevillanas y en ese itinerario que ofrecerá la Cabalgata organizada por el Excmo. Ateneo de Sevilla y el cual se encuentra al final del texto en pdf.
Aunque nos ocuparemos de la Cabalgata de RR. MM. del barrio de la Capilla Virgen del Carmen, a salir el día 6; por ahora dejamos el enlace de la primera para que se pueda tomar nota de su singularidad.
Aunque nos ocuparemos de la Cabalgata de RR. MM. del barrio de la Capilla Virgen del Carmen, a salir el día 6; por ahora dejamos el enlace de la primera para que se pueda tomar nota de su singularidad.
>>> Cabalgata de RR. MM. del Excmo. Ateneo - Aquí
La noche se estaba haciendo larga, el insomnio como tantas veces, le había robado el sueño. Inquieta, nerviosa, decidió salir a dar una vuelta, salir, tranquilizarse con el paseo que le serviría de sedante.
Era media noche, el tráfico había disminuido y la música del silencio inundaba la calle Betis.
¡Calle Betis ¡bajo el puente de Triana donde la mano izquierda toca al Altozano, y la derecha acaricia los bajos de ese puente genuino
L a luna aquella noche, grande, redonda, luminosa, se bañaba en el Rio convirtiendo sus aguas en rayos plateados.
Decidió caminar bordeando la orilla, en una comunión total con la belleza que le rodeaba; el olor a jazmines, clavellinas, embriagaba sus sentidos.
En un balcón el rasgueo de una guitarra y una voz con lamentos de penas de amores en una seguiriya, añadían un punto de magia a sus sensaciones.
Sosegada, tranquila volvió a su casa, se metió en la cama, pero no iba s0la, con ella en estrecho lazo iban, su Rio, la luna y el embrujo de la calle trianera.
Lentamente, dulcemente el sueño la fue invadiendo y en esos sueños voló al país del Arte de la belleza, de la grandeza de las cosas que solo se compran con los sentidos.
Concha Mingorance
Noche en Triana
La noche se estaba haciendo larga, el insomnio como tantas veces, le había robado el sueño. Inquieta, nerviosa, decidió salir a dar una vuelta, salir, tranquilizarse con el paseo que le serviría de sedante.
Era media noche, el tráfico había disminuido y la música del silencio inundaba la calle Betis.
¡Calle Betis ¡bajo el puente de Triana donde la mano izquierda toca al Altozano, y la derecha acaricia los bajos de ese puente genuino
L a luna aquella noche, grande, redonda, luminosa, se bañaba en el Rio convirtiendo sus aguas en rayos plateados.
Decidió caminar bordeando la orilla, en una comunión total con la belleza que le rodeaba; el olor a jazmines, clavellinas, embriagaba sus sentidos.
En un balcón el rasgueo de una guitarra y una voz con lamentos de penas de amores en una seguiriya, añadían un punto de magia a sus sensaciones.
Sosegada, tranquila volvió a su casa, se metió en la cama, pero no iba s0la, con ella en estrecho lazo iban, su Rio, la luna y el embrujo de la calle trianera.
Lentamente, dulcemente el sueño la fue invadiendo y en esos sueños voló al país del Arte de la belleza, de la grandeza de las cosas que solo se compran con los sentidos.
Concha Mingorance
Casas rurales autenticas
mesones@constantinacasarural.es
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