"SESENTA AÑOS, NO SON
NADA"
(Publicado en el nº. 18 de la Revista de Creación Literaria y Plástica:"Aldaba" de la Asociación Aristico Literaria "Itimad").(Texto y fotos, B.T. - Para aumentar estas últimas, hacer clip en ellas).
Cada lector podría hablar de una
generación determinada, permítanos que le hagamos referencia de la nuestra ¿Por
pasada fue mejor?.
Fuimos la "generación del
conformismo"; nos pasamos nuestra infancia y juventud en esa situación
ante lo que viniera.
Teníamos
que conformarnos con '‛dos horas de digestión" para no fallecer ante
un baño o ducha.
Recordamos
que con respecto a nuestra religión, había que cumplir con un horario en ayunas
en la jornada dominical para tomar la comunión.
Veíamos con
extrañeza muchos de aquellos "bólidos", como lo 4 L,.
los Gogomobil, Isetta, Biscuter, los DYANE 6, Supermiriafori, Daufine, Talbot,
Fiesta, Gordini, los Seat, 124, 131, 1430, Citroen 2 CV, Mini Cooper, Simca,
Kadett y sin olvidar el popular 600; todos se conducían sin airbag, sin
cinturones de seguridad y los que evidentemente tenían carnet, conducían más de
500 Kms. de un "tirón", con cinco personas en sus asientos; de
locura.
Para "botiquines",
empleábamos una clásica caja de zapatos, sin rotular, sin etiquetas. El
mobiliario con armarios y puertas, Se caían con solo tocar los tiradores y a
pesar de las "guerras a pedradas", no había torceduras,
roturas, nada de nada, como mucho un linimento: "tío del bigote"
y con mercromina lo curábamos casi todo. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros
mismos.
Subíamos en
bicicletas, sin accesorios; algunas con piñones fijos y la suela de nuestras
alpargatas hacía del mejor "freno de disco".
Con las
bicicletas BH, GAC o las Orbeas, hacíamos caballitos, frenadas y giros sobre la
rueda trasera y la subida en las motos los mayores de edad, con aquellas Guzzi
Hispania, que los "chulitos", cambiamos las marchas con la
rodilla derecha; ya que su palanca se encontraba junto al tanque de gasolina,
pero siempre sin cascos; nos rompíamos casi todo y no castigaban ni se buscaba
a los profesores o a los padres para vengar a los posibles "amiguetes"
que habían originado esos accidentes. Lo compartíamos todo, juguetes, botellas
en las que bebíamos a "morro", en las fuentes públicas
situábamos el grifo en la boca y nunca había infecciones bucales o de otro
tipo.
Cuantos
juegos en la calle… la billarda, pelota, chapas, a coger, al rescate, a la
taba, el trompo, la comba, canicas, tejo, el aro, las chinas, veo veo, médicos
y enfermeras, cocinitas, gallinita ciega, el corro, retahílas, tres en raya,
cromos, en fin; "tecnología avanzada".
Los Reyes
Magos, se acercaban en la fecha de Epifania y nos embargaban de gran ilusión,
aunque eran juguetes de aquellas factorías Rico, Payá, de Ibi Alicante que
cumplían con lo "pedido en las cartas"; lo cierto es que no
igualaban a la creatividad propia de cada niño, por ejemplo una espada
con dos maderas (una larga y la pequeña cruzada para hacer la cruz cerca de su
empuñadora) y así que se quitarán en la calle cualquiera de nuestra vista; pues
éramos unos "lvanhones" consumados y hoy aún recordamos aquellos actores de dicha
película: Robert Taylor, Elizabeth Taylor, Joan Fontaine, George Sanders,
Finlay Currie.
Nos conformábamos y comíamos de
todo, hasta dulce y nunca estábamos obesos. Alguno por nacimiento algo más
redondito. Salíamos a las afueras de las poblaciones o ciudades, a "degustar"
las frutas, ¡Que ricas estaban las del huerto después de hurto!. Labios morados
al comer remolacha destinada a la alimentación del ganado. Los estudios llenos
de zozobras, inesperados y sin tener que hacer uso de Internet para bajar
temas. No teníamos clases de paddle, de golf, o de vela; pero que bien jugábamos
con cualquier cosa, nuestra mente la ejercitábamos, para hacer un coche o
camión; “fabricábamos" con una lata de conserva ovoidal o
rectangular, con cuatro agujeros en la parte inferior, dos alambres como ejes,
y cuatro "cubiertas" que cortábamos de las suelas de calzados
viejos para hacer sus ruedas. Gasolina con un "gran octanaje":
una cuerda para "ir tirando" (no eran tiempos fáciles).
Las muñecas de las niñas, no tenían nada que envidiar a las actuales, sin sonidos,
sin sus necesidades fisiológicas; Sin acercarse a la belleza, tenían su total encanto
y no digamos de sus vestimentas, en las que participaban sus abuelitas, mamás y
hermanas quienes las tuvieran.
Teníamos la mejor retención de
nombres ya que coleccionáramos entre otros cromos bélicos como la guerra de
Corea, de animales-plantas, deportivos, quien no recuerda por decir un ejemplo
a la alineación del R. Betis, Sevilla o Valencia. En definitivas aquellas "estampitas",
distraían sin recurrir a ningún ordenador.
La vida dominical y festivos,
transcurría con un sencillo "guateque" y un aparato
rectangular con el tamaño de una caja de membrillo y que llamábamos tocadiscos
popularmente "pick up". No llevábamos móviles, como mucho los "Walkiei
Talkies"; dos vasos de cartón y un hilo tirante, (ja.-ja) y siempre
sabían nuestras familia si estábamos en el cine, en un baile, jugando a
futbolines o en la calle hasta que se encendían sus luces. A las chavalas les
subíamos las faldas y teníamos nuestras charlas sin chates, interneses o las redes
sociales actuales: Facebook, Twitter, Linkedln, Xing, MySpace. Íbamos a coger
ranas, cazábamos pajaritos por la noche con linternas y escopetas y siempre sin
mayores al lado.
Los más
afortunados iban a las playas todavía vírgenes, ni se ponían cremas antisolares.
Qué "conformistas" éramos. Para los que nacimos hace algunos
años; ¡La verdad es que no sabemos cómo hemos podido sobrevivir!.
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