Balcón Trianero

viernes, 3 de julio de 2020

Calafates de Triana.- M.M.

COFRADÍA DEL GREMIO DE CALAFATES DE TRIANA
Las gentes de “la mar”, pilotos, mareantes, pescadores y todos los relacionados con la actividad naval, estaban agrupados por cofradías, estas agrupaciones tenían una amplia antigüedad, ya en el medievo con el reino de Castilla y de la corona Aragón ya existían dichas asociaciones. Muchas de estas instituciones instaladas en las comarcas costeras, sobrevivieron hasta siglo XIX, quedando disueltas por la Ley del año 1861 que hacia mención a la Disolución de los Gremios.

 Sevilla dada su tradición marinera tenia varias cofradías que se agrupaban por los distintos oficios relacionados con los trabajos de “la mar”. La mas importantes, la componían, armadores de naos, propietarios, capitanes, contramaestres y maestres. Conocida como Cofradía y hospital de Nuestra Señora del Buen Aire, San Pedro y San Andrés o Universidad de Mareantes, situada durante dos siglos en la calle Larga del arrabal trianero, según carta extendida en el libro de acta a partir del folio 100 con fecha de 1567, hasta 1704 que las imágenes de la iglesia fueron trasladadas a unos terrenos que tenían comprados en la zona de San Telmo donde habían edificado fabrica y el edificio de Triana quedo abandonado por los mareantes, que lo arrendaron a diversas congregaciones religiosas durante algún tiempo hasta que en 1779 lo vendieron. (1)

Pero no fue la única cofradía gremial radicada en Triana relacionada con el mundo de la navegación y actividades marineras, también los gremios de pescadores, maestrantes de la mar y calafates, etc, etc, etc.

La hermandad de los Santos Mártires también llamada de “calafates de Triana”. Se creó como muchas, con la finalidad de dar asistencia sanitaria, social y jurídica a sus miembros, incluso ayuda económica en casos de epidemias y otras calamidades.

Los carpinteros de ribera, los maestros de azuela y calafates son las especialidades principales en la construcción naval, su labor abarca desde la selección de la madera hasta el aserrado y el ensamblado de las distintas piezas y la construcción total del casco, así como el calafateado de las juntas de la embarcación, para su impermeabilidad.

Estas especialidades totalmente artesanales y su aprendizaje siempre comenzaba de la mano de un especialista en la materia, tal como estaba escrito en las ordenanzas de sus reglas desde el siglo XVI, aunque estos oficios propios de la construcción naval que en Sevilla se hacia de antaño.

Esta tradición naviera fue potenciada por Abad-al.Rahaman.II, quien ordenó la construcción de unos astilleros en Sevilla (ad-dar-asina´a) para contrarrestar los ataques de los normandos, mediante una flota de guerra, situándose posteriormente en la época del Califato en Almería.

El calafate, se encargaba del buen estado de la embarcación, impermeabilizando el casco, es la parte principal de la tarea pues impide que el agua se introduzca en el interior del navío, la faena consiste en introducir estopa entre las juntas de la madera con un cincel romo y un mazo para introducirlas lo mas ajustado posible, esto hace que cuando la estopa se humedece con el agua se hincha y forman un solo cuerpo, posteriormente se unta con brea dichas juntas y por ultimo se pintaba todo el casco de la nave con alquitrán.

Este trabajo conlleva la utilización de herramientas especiales, casi todas fabricadas por los mismos calafates.

Las actividades de este gremio al ser muy solicitada, conllevaba unas series situaciones que les hacían hacer uso de la vía judicial en algunos casos, como impagos de facturas, intromisión de individuo ajenas a la cofradía, desacuerdos con los dueños de las naos, etc, etc, etc.

Como ejemplo hay un acta de la Cofradía y hospital de Nuestra Señora del Buen Aire y San Pedro y San Andrés Universidad de Mareantes de Triana en la cual dice así. “Primeramente se acordó que en lo que toca al cumplimiento de la cédula de los carpinteros de rivera y los calafates que se pida cumplimiento y se responda a la suplicación que tiene suplicada respondiendo a ellas como convenga”.

“Item se acordó que se pida al Consejo y se gane cédula para que ninguno de los oficiales de carpintería y calafates puedan tratar de comprar y vender cosa alguna de los materiales que gasten de sus oficios acerca de las maestranzas de las naos por impedir los inconveniente que resultan de estos.
Asimismo se acordó que se gane cédula del Rey en que se pide se alcen los salarios de carpinteros de rivera y calafates, para evitar los motines que suelen hacer con los dueños de las naos. Y con esto se evitaran los monipodios que suele hacer”.

Los calafates trianeros se regían también por unas reglas, como todas las cofradías gremiales y religiosas anteriormente expuesto, esta regla hacían alusión como casi todas, a la asistencia social y medica de sus miembros y defender las demandas habidas por conflicto laboral, sin olvidar la parte religiosa que también están definidas en las citadas reglas, mantenimiento de su capilla, compras de enseres litúrgicos incluida la compra de cera para sus cultos.

El Libro de Reglas de la Hermandad de los calafates trianeros, denominada la de Los Santos Mártires es un libro de pequeño formato 20x15x2`50 cm, compuesto de 39 hojas siendo las 10 primeras de papel y las siguiente de pergamino.

El libro comienza con una petición de Francisco de Medina, prioste de la Cofradía y Hermandad de los Santos Mártires, que está en Triana, en la calle del Sol actual calle Febo. En dicha petición se dice que la Regla es muy antigua y por haberse mojada con una venida del río solicita se traslade, petición que se incluye en traslado por orden del notario mayor y secretario de la Audiencia del Arzobispado de Sevilla.

En diferentes artículos que componen las reglas de régimen interno, figuran como crear un sistema para recaudar fondos, con carácter de limosna, como el pago que debe hacer cada nuevo hermano que ingrese en la hermandad, o las multas que han de pagar en caso de trabajar los días de fiesta y de no asistir a los cultos de la hermandad entre otros.

También figura en uno de ellos el culto a sus patronos “Ordenamos que el día que nos pareciere en cada un año se haga una fiesta a los Santos Mártires por los hermanos de la cofradía ansi por los vivos como los difuntos”.

El cambio que se registró en la construcción naval al final del siglo XIX- XX, de la madera al acero, mayormente en navíos de grande capacidades, hizo que esta profesión tuviera un cierto declive pues los barcos que se construían en madera era de una eslora mas corta, mas propia para la pesca y embarcaciones fluviales.

Ante esta situación los calafates se adaptaron, estos barcos metálicos, funcionaban con calderas de vapor, estas caldera por el huso del agua caliente creaban una costra de salitre adherida a las paredes de las tuberías y su limpieza era bastante complicada, los calafates se hicieron especialistas en este tipo de trabajo. Actualmente se le denominan calafate al personal que limpia de soportes soldados al buque, tanto en el casco como en todas partes del buque y repasan las soldaduras en cubierta y otras parte del barco, su herramienta es un martillo de aire.

En Triana en los años cincuenta, sesenta, había calafates que limpiaban calderas de vapor a los barcos que venían a reparar con problemas de esta índole.

Uno de los últimos calafates, trianero él, tenia su barco taller atracado en el río, al lado del Puente San Telmo a la altura de la Primera del Puente.

Es grato ver en algunos pueblos de la costa, algunos pequeños astilleros fabricando barcos de pesca y a los carpinteros de rivera y calafates trabajando en ello, profesión que puede desaparecer, ya que el poliestireno se está abriendo camino en este tipo de barcos y de recreo.

Triana verano 2020   -   Manuel Mediano

Fuentes consultadas: Actas de la Universidad de Mareantes de Sevilla. Fuentes para la Historia del antiguo reino de Sevilla. Luis Navarro García. María del Carmen Borrego Plá. Francisco Ollero Lobato. Sevilla musulmana.

(1). Parte del edificio fue alquilado a la compañía de ferrocarriles Sevilla. Huelva, para instalar sus oficinas al aprobarse la linea férrea. 1875- 1877.

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