En 1.726 el Arzobispo Salcedo prohíbe que las mujeres se bañen en el río so pena de excomunión y niega sepultura a las ahogadas; intenta así evitar el escándalo de la mezcla de sexos. El ayuntamiento convocó una junta de médicos que votó a favor de la utilidad de los baños de modo que el Arzobispo tuvo que revocar el edicto sin dejar de exigir vigilasen la decencia. Desde 1742 fueron prohibidas varias veces las veladas en el río por los excesos nocturnos y desde Olavide los baños quedaran reglamentado; desde Los Humeros hasta la Puerta de San Juan para las mujeres; los hombres desde el husillo frente al Almacén de Maderas del Segura hasta el barranco de la cal vieja; los de Triana desde el husillo del convento de los Remedios Los Remedios hasta el agujero donde se vende naranjas. Se nombran dos buzos o maestros de agua con chalecos y calzones de lienzos por debajo de la rodilla que hacían sonar un caracol de
campo ante el peligro. Cada
año había entre 30 a 60 ahogados que eran asistido por el Hospital de la Santa
Caridad.
A partir del siglo XVI podemos
observar como la medicina comienza a imponer su criterio sobre la necesidad de
la higiene corporal, que tantos tabú arrastraba de épocas anteriores.
Estos personajes que se ven en la foto, son personas acogida en el Hospital de la Caridad, en la fecha que se proclama esa prohibición, la Hdad de la Caridad era la encargada de recoger a los
ahogados del río, darle sepultura y hacer misa por su alma, como lo mandan sus reglas escrita por D. Miguel de Mañara, los ajusticiados en la Plaza de San Francisco, también eran recogidos por estos personajes internos en el hospital.
Foto: Cristo de la Caridad. Anónimo Hospital de la Santa Caridad.Sevilla
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