Balcón Trianero

lunes, 8 de abril de 2019

La Sevilla expoliada 1810


cuando las tropas de Napoleón invadieron la ciudad de Sevilla, esta sufrió uno de los mayores expolio en obras de arte, sobre todos pictóricas, que según el profesor Valdivieso “tiene muy pocos parangones históricos y por ello puede señalarse como casi único, antes y después de esa fecha”.

        Imposible por mi parte hacer un seguimiento de todas aquellas obras que desaparecieron o que fueron incautadas por las tropas francesas, pero dado la obsesión que tenia cierto mariscal francés por la obra pictórica de Bartolomé Esteban Murillo, y teniendo en cuenta que este militar tenia conocimientos del arte del pincel, siendo desgraciadamente conocido popularmente por el Mariscal Soult, pero su nombre de pila era, Jean de Dieu Soult, duque de Dalmacia, hizo que se expoliara una considerable cantidad de obras de este pintor que se guardaban en Sevilla, principalmente en iglesias, conventos y monasterios, teniendo en cuenta que la pintura religiosa de Murillo era muy apreciada por las distintas comunidades religiosas que en la capital hispalense tenían sus casas generales. 


El expolio del cuadro de Murillo “Nacimiento de la Virgen” guarda una curiosa historia que fue recogida en la literatura del XIX. El cuadro se encontraba en la Catedral sevillana, fue entregado por el Cabildo al Mariscal Soult en 1810 en prevención de un mayor expolio. 

        Velázquez y Sánchez, que escribe en 1864, presenta la entrega forzosa como fruto de una estratagema: deseando el Mariscal Soult que le regalase el Nacimiento de la Virgen, un canónigo afrancesado, perteneciente al Cabido, le propuso para conseguirlo que pidiese el San Antonio, obra también de Murillo que se encuentra en la Catedral, para el Museo de París. Al serle negado, el Cabildo encomendó al canónigo que lo disuadiera y este propuso que se le entregara en compensación el Nacimiento de la Virgen. Velázquez y Sánchez apostilla la maniobra con el consejo de Maquiavelo: “pide mucho si hay dificultades para concederte algo”. 

        Podríamos decir que una de las entidades mas castigadas por el expolio fue la Hermandad de la Santa Caridad, donde el citado general francés saqueó casi toda la icono-grafía que Miguel de Mañara proyectó para el citado hospital, al llevarse los cuatro cuadro de Murillo que representaban como obtener la salvación eterna. “La curación del paralitico”, que se encuentra en la Galería Nacional de Londres; “Abraham y los tres ángeles”, que se 

encuentra en el Museo de Ottawa; “El regreso del hijo pródigo”, que se encuentra en la Galería Nacional de Washington; y “San Pedro liberado por el ángel” que se encuentra en el Museo del Hermitage de San Petresburgo.

Como si fuera un cazador que después de abatir sus piezas las expone, los cuadros expoliados los exhibió en su casa de París, para mostrarlos a sus amistades, reuniendo en su palacio cuadros de todos los artistas mas importantes y famosos, convirtiendo su “maison” en un gran museo en el que se exhibían numerosa obras artísticas. 

Se podría pensar que el expolio fue casual, pero lo cierto es que las tropas francesas, tras haber leído el “Diccionario de Artistas españoles” de Ceán Bermudez, venían con las ideas muy claras y sabían que obras de arte tenían que sustraer. 

Actualmente los cuadros sustraídos se encuentran dispersos en varios museos tras ser vendidos por los herederos del Soult. 



M. Mediano Vargas. Triana primavera 2019 



Fuentes: http://lajunta.es/11os9. Junta de Andalucía. Engranajes Culturales Mayo 2015. Antonio Boje Priego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario