Volando por Sevilla

Siempre se dijo y sobre todo a la gente menuda, "Que un burrito volaba", ahora la ciudad de la Giralda, se despertaba con la andadura, con el paseo de un cuadúpeta por las alturas de las casetas instaladas para una feria anual.

Foto: Begoña Soler Castells

La expectación que generó dicho incidente fue espectacular y para llevar el caballo a su lugar de origen, se tuvieron que comprometer varios servicios de la ciudad y con una intensa y dificultad acción, pudo retornar este solípedo a su emplazamiento. ¡ Son cositas que pasan !.
La foto de la derecha fue tomada en un atardecer trianero, donde la torre pretendía llegar al cielo: mientras que la otra más pequeña de la izquierda de la imagen, con facilidad besaba la bóveda celeste de María Purisima; pero desde la Capillita del Carmen suspiraba una vez declinando el color en el perigeo del astro rey.
Los tres medios arcos, parecen ser guardas que permanecen inmóviles por la seguridad y sobre todo por culminar anualmente sus tradiciones. (Tres arcos.- ¿Tres trianas, tres o Tria-jano ?, que tres ¿.-
Multitud de colores, como son los componentes de la paleta cromática del barrio. Luces en la farolas del puente, queriendo paliar alguna sombra de las vivencias del "arrabal".- Arbustos, vegetación y otras excelencias florales, que llaman a los balcones y ventanas de Triana, para que estos se engalanen de la forma que lo hacían en décadas pasadas. Aguas cristalinas donde se contornean las sombras del puente, como si se trataran de cinturas de mujer en tardes-noches de fiestas en sus corrales y patios. (bodas, bautizos, comuniones, etc.); ellas cimbreándose como juncias o eneas y ofreciendo el color y olor de sus jazmines.- ¡Enhorabuena a la autora de la instantánea".