Balcón Trianero

martes, 31 de julio de 2018

Consejos para los baños


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de mar para las damas. 1920.- Habiendo comenzado la temporada estival y como consecuencia de las altas temperaturas, las playas de todo el territorio nacional se llenan de bañistas de uno y otro sexos, disfrutando del baño en los mares y océano que nos rodean.

Ordenando mi archivos me encuentro una hoja del periódico malagueño, “ El Regional” con fecha, lunes 18 de junio de 1928, donde publica una series de pautas para la temporada de baños, estas indicaciones van dirigida a las mujeres especialmente, que pasan sus vacaciones en la costa y disfrutan del preciado y refrescante baño del mar. 
Dichos consejos van desde el traje apropiado, duración del baño, digestión de alimentos, etc, etc, etc, sin olvidar dar una pincelada a la moralidad de la época de aquellos alegres años veinte. 
Aunque adjunto una copia de la hoja del citado periódico, creo que es mejor copiarla literalmente por si alguna persona la vista le juega una mala pasada y al mismo tiempo conocemos un poco mejor la cultura del baño en aquellos años. 
“Apenas llegan los primeros calores del mes de julio, numerosas familias preparan sus equipajes y emigran a lejanas playas o pueblecillos de la sierra, buscando temperaturas agradables. Las personas que se instalan en las playas, al ver el mar se creen en la obligación de inaugurar su temporada de baños; es un error, no a todos los temperamentos sienta bien, y desde luego debieran hacerse por prescripción facultativa. 
La acción de los baños de mar sobre el sistema nervioso y sobre todo el organismo es muy violenta, y si bien es eficaz para los temperamentos vigorosos, puede originar serio trastornos a las naturalezas delicadas, nerviosas, a los artríticos y a los cardíacos. 
Hay que tener presente que loa aires del mar ya ejercen por si solo una marcada acción enervante, y que una persona excitable y no habituada a sentir la influencia de la vecindad del mar, sufrirá frecuentemente irritaciones al trasladarse temporalmente a una ciudad de la costa. 
Es peligroso sumergirse en el agua fría del mar o rió durante la digestión, o sea hasta tres horas después de la ultima comida. Antes de tomar un baño debe de tenerse la seguridad de que el estomago está completamente libre y que la impresión del agua no dañara la digestión no acabada, lo que pudiera acarrear serios trastornos. 
Una persona normal puede permanecer hasta un cuarto de hora en el agua; más no es necesario. En cambio, una persona débil que prolongase mas diez minutos su estancia en el agua salada, correrá el riesgo de verse sometida a insomnios, pesadillas y hasta convulsiones. 
Al salir del baño debe cubrirse rápidamente con la capa y refugiarse en la caseta, donde con unas fuertes fricciones se restablezca la circulación de la sangre. Al baño puede seguir un sencillo refrigerio. 
La selección de un traje de baño apropiado y elegante es un detalle que reclama toda nuestra atención. Deben abolirse desde luego las telas delgadas o malas, que al mojarse modelan el cuerpo de manera indiscreta y escandalosa; las jergas y tejidos de lana son los elegidos para este estilo de vestido. La hechura, sencilla y practica; un pantalón hasta la rodilla y una túnica floja, sujeta con un cinturón. Se adorna con trencillas anchas de lana blanca o con incrustaciones de paño, formando peces, etc.… Bien es verdad que esta hechura es sencilla y corriente; pero es preferible elegir para el baño una cosa sencilla y poco llamativa, pero que favorezca, y no rozar lo inédito, caer en exageraciones. 
No hablo de los <<maillots>>, porque aunque en el extranjero se haya adoptado este traje como practico y conveniente, aun han de transcurrir muchos años antes de que en España nos acostumbremos a verlos en personas decentes. 
Así como los trajes de baño han de elegirse en tonos oscuros, como un azul marino y el negro, el gorro puede someterse a todos los caprichos de coloridos y de formas. 
El traje blanco de franela de lana, gabardina o buena jerga es elegantísimo; pero hay que tener cuidado exquisito en forrarlo con un tejido asimismo blanco, para evitar el que la tela, al mojarse descubra transparencias indiscretas”. 
En el citado articulo me llama la atención hasta que punto se tenia en cuenta la moralidad en aquellos años, que aliándose con la elegancia influían en el vestir de la época, pero como se canta en una conocida zarzuela muy castiza “ los tiempos cambian que es una barbaridad”, sobre todo en los trajes de baños actuales, como bikinis y trikinis,(1) “es una barbaridad, una barbaridad”. 

Manuel Mediano.-       Triana verano 2018 
(1) Sombrero, gafas y chanclas.




 Una vez mas este B.T., se honra en subir a la "baranda" un nuevo trabajo histórico de Manuel Mediano V. y que si durante el año tienen importancia los mismos, en estos días de asueto y tranquilidad, se ha esforzado por dar a conocer a los lectores que ya le conocen, de un tema alegorico a la época que atravesamos.

Él desea, que cuantos estén en tierra firme, se encuentren bien, y sabemos de su alegría cuando pasea ante la "puerta" de un amigo "muy fresco"; que se reencuentra cada verano, su Kelvinator. 

Hoy el articulo que nos remite, se basa en consejos tanto morales como médicos, que habría que tener en cuenta a la hora de bañarse en el mar. Una elaboración publicada en el periódico “ El Regional “  del día lunes del 28 de junio de 1920.

A todos este B.T., (vete a BT) les desea pasen aquí o allí donde estén de una continuada buena temperatura como en Junio y Julio y que soportemos los cuarenta que "se avecinan" (o más).
Triana, eclipsó a la Luna 


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