La Casa Regional Valenciana, como si se tratara de cumplimentar una de las varias "parás" del camino, ahí estuvo y fue participe de la devoción de los hermanos, de la expectación de un barrio, de esa "Saeta" Rociera y llamada sevillana, de la nueva generación que ya toma el mando para dirigir a los bueyes, del colorido, de la convivencia; en fin de una romería universal con múltiples signos de identidad. (28-05-15) (Hacer clip en las fotos para ampliarlas).
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